Estamos viviendo una época única en la historia del Universo:estamos despertando a una nueva realidad, la del Espíritu.
Nos hemos manejado con menos del 10% de nuestro potencial, y, así, hemos creído que éramos víctimas de un sistema que ha contribuido a quitarnos el poder. Somos Seres Espirituales viviendo una experiencia humana . Es momento de reconocer nuestra Esencia.
Se coincide en el hecho de tomar los años 60´s como el inicio, a través de la llamada Nueva Era ( New Age), que, según sus seguidores, es el comienzo de un nuevo período que rompe con los paradigmas de una civilización belicosa, racionalista, rígida, y abre paso a formas de ser y de pensar de modos diferentes, que responde al modelo acuariano. También, muchos lo llaman "Ascensión", que es la elevación de la frecuencia vibratoria de nuestros campos energéticos, hacia las octavas más elevadas de luz.
Ascender es reconocer nuestra matriz divina y recuperar la conciencia de quiénes somos realmente.
La Tierra está pasando, actualmente, por el proceso de ascensión planetaria, que es un progreso natural, que ocurre a todos los planetas en un estado específico de su evolución, cuando su base cambia de carbono a silicio. Por tanto, la ascención personal es la consecuencia de la ascensión planetaria. La ascensión de cada persona, sucede con la participación activa o no de todos los seres humanos.
Este proceso puede acelerarse, en tanto que más personas, comiencen a despertarse y así poder ayudar al planeta en su transformación, y que pueda suceder, sin cataclismos, desastres naturales, tragedias, etc.. Y esto, también se traduce en menos dramas personales, al cambiar la vibración de los paradigmas de la Vieja Energía, en donde prevalecía la lucha, el esfuerzo, stress, sufrimiento, la emocionalidad desbordada, etc.
¿Cómo puede manifestarse este cambio en nuestras vidas cotidianas?
Existen series de señales
Físicas: cansancio, dolores musculares y en las articulaciones, ciclos de sueños interrumpidos, aumento o aparición de alerias, incremento de la sensibilidad a los alimentos (necesidad de una nutrición más sana), disturbios digestivos, desórdenes de la elminación, recurrencia de algunas enfermedades, zumbidos en los oídos, problemas hormonales (calores y sudores). En muchas oportunidades, los estudios médicos, demuestran que hay normalidad, o los síntomas aparecen y desaparecen o son provocados por un stress psicológico.
Mentales: dificultad en la concentración ( sobre todo al leer libros espirituales), confusión al tomar decisiones, ansiedad acerca del futuro, hacerse ilusiones sobre cambios en la vida, sin crear esos cambios, stress, depresió.
Emocionales: sensación de haber equivocado la carrera, interrupciones en el trabajo (cambios, pérdidas, indecisiones), dificultad para comunicar las ideas con claridad a los demás, distanciamiento de los aigos, necesidad de moverse a otra parte del país o del mundo, deseo de dejar todo e irse.
Espirituales: dificultad para aquietar la mente para meditar, falta de compromiso con la práctica espiritual, tener distintas visiones a las que se tenían, desilusión sobre el camino espiritual.
Señales del despertar
Físicas: verse más joven, sentirse más vital, volverse más conciente del movimiento del cuerpo, fluidez y graia a través de la postura y la respiración, buscar profesionales holísticos.
Mentales: desconectarse de la información negativa ( TV, radio, chismes), desarrollo de la intuición, más habilidad para comprender nuevos conceptos o idiomas, buscar conectarse a través de los ojos y el corazón, vivir en el aquí y ahora.
Emocionales: felicidad por cosas simples como una sonrisa, la puesta del sol, aumento del sentido del humor y reírse del ego, más conexión y empatía con las personas, ganas de mostrar las emociones, permitirse seguir los deseos del corazón (Yo Soy y Yo Puedo se transforman en palabras claves). dejar de lado la necesidad de controlar todo.
Sociales: buscar nuevos amigos o grupos interesados en integrar el equilibrio cuerpo-mente-espítritu, ofreer de corazón ayudar a las personas, sabiendo que se está ayudando a uno mismo, saber que todos somos espejos de todos.
Espirituales: ver lo Divino en lo mundano, dejar de sentirse víctima de las propias elecciones, amarse como se es sin calificar, ver la belleza y la abundancia en todo y en todos.
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