En la cultura actual, principalmente en occidente, se ha educado a la gente para la competencia, la que incluye un constante riesgo de fracasar, con el agravante que supondría una fuente de angustia.
Los temores, que, fueron grabados en la infancia, quedaron arraigados en el subconsciente, y es necesario el uso de diversas técnicas para combatirlos. Determinan, por otra parte, la forma en que se perciben las circunstancias de la vida y la forma de reaccionar ante ellas.
En la época actual se manifiestan temores tales como: el temor al futuro, a la pobreza, a los fracasos, a las enfermedades, la soledad, la vejez y otros, dependiendo de la sociedad en que se vive, que si ésta fuese competitiva, con falta de solidaridad y con un exacerbado individualismo, se potenciarían los temores.
Para superar esos temores, contamos con la posibilidad de cambiar el estado mental mediante un esfuerzo consciente. El asunto es, que los temores se encuentran alojados en el subconsciente, los que fueron grabados y, tal vez, no se tenga consciencia de ello.
También es cierto, que las fuerzas vitales, que impulsan el desarrollo del ser, a la socialización, a la creatividad, al amor, son las que nos inducen a alterar la realidad de maneras favorables.
A través de una nueva programación mental, con pensamientos cálidos y positivos, y, por medio de cambios de hábitos, creencias, criterios y conductas, se puede reprogramar la mente.