sábado, 26 de junio de 2010

DISFRUTAR EN SINCRONÍA

Bien sabemos, que todos experimentamos diversos hechos en la vida, pero disfrutar de ellos, sólo es un privilegio de algunas personas.Y podemos preguntarnos, cuáles son las características que poseen esas personas que disfrutan hasta de las más insignificantes experiencias.
Se puede determinar, que se van sucediendo hecho trás hecho en sincronía, es decir, uno conduce al otro y así sucesivamente. Cuando comenzamos a difrutar de un hecho y lo deseamos así, este deseo de alegrarnos, nos lleva a internarnos en esa experiencia e impregnarla de felicidad y nos interesamos en concentrarnos en cada evento y valorizarlo como algo maravilloso.
Lo verdaderamente importante es conseguir que cada hecho se convierta en un auténtico deseo por disfrutar de él.
En la mayoría de los casos, las personas, no ponen alegría en simples hechos cotidianos y nada les da gusto; muchos prefieren sufrir, pues han creído que la vida era sufrimiento, y por tal motivo, se ha suscitado una incapacidad para disfrutar las pequeñas y grandes cosas de la vida.
Si elegimos disfrutar de las experiencias, entenderemos que el grado del disfrute se encuentra en relación directa a la profundidad con la que alcancemos a conocer las experiencias. Si deseamos disfrutar de una relación, es imprescindible conocer en profundidad a la persona, ya se trate de una pareja, un amigo, un compañero de trabajo.
Tratemos de de descubrir sus fortalezas como sus debilidades, conozcamos sus pasiones, ideales y sueños.
El grado de disfrute es muy diferente entre una persona que dedica tiempo a conocer lo que disfruta y otra que no lo hace. Quizás existan quienes argumenten que carecen de tiempo, y es por esa declaración ,que no disfrutan en su verdadera magnitud.
Siempre hay tiempo, incluso en la gente más ocupada; tal vez lo que no tenga sea la disposición para crear el tiempo para tal fin.
Sería recomendable que aprendamos a administrar nuestros tiempos de vigilia; por ejemplo, dejar los chismes y las tonterías de lado, o los encuentros inútiles con personas que no proporcionan nada y mucho menos para nuestro crecimiento.
La clave para disfrutar y recrearnos en momentos, es concentrarnos y profundizar en ellos, los que provocarán una sincronía de hechos relevantes y reconfortantes.

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