También es cierto que tenemos que aprender a aplicarlos, y como en cualquier aprendizaje, lo difícil sería crear el hábito, la práctica y su ejercitación. Es conveniente recordarlos y utilizarlos sistemáticamente y continuar haciéndolos aunque no se produzcan resultados inmediatamente.
El mundo es lo que uno pinsa que es: están incluídas las creencias, las convicciones, las ideas, las imágenes mentales, tanto conciente como inconcientemente.
Nuestros pensamientos contribuyen a generar nuestra experiencia de la realidad. Literalmente, lo que se asevera es que no son los hechos los que determinan nuestra experiencia de la realidad, sino los juicios, las ideas e interpretaciones acerca de ellos. No se pueden forzar los hechos, pero sí podemos crear las condiciones para lograr lo que queremos.
Desde el punto de vista de la física cuántica, los pensamientos son energía electromagnética; esta energía tiene la capacidad de atraer circunstancias como si fuese un imán y de cristalizar en la realidad objetiva, es decir, la energía de los pensamientos, cuando tiene suficiente fuerza energética, crea formas. Creamos lo que somos y nuestras circunstancias. Pensamientos saludables crean condiciones físicas saludables, pensamientos armoniosos producen relaciones armoniosas, creencias de prosperidad generan prosperidad.
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