La fe y el temor son dos sentimientos que existen y no están fuera, sino dentro de nosotros. Las frases e imágenes que se repiten en la mente son las que se manifiestan en nuestra vida; si las cambiamos ( en caso que éstas sean negativas o de índole catastrófica) por declaraciones y visualizaciones de triunfo, podemos aliviar lo que anteriormente paralizaba.
Aquello que habíamos temido es, seguramente, mucho menos peligroso o dañino de lo que hubiésemos creído.
Generalmente se ha tendido a magnificar los temores; tenemos que advertir, que las probabilidades que se encaran casi totalmente en el temor eran infundadas, pues la mayor parte de lo que habíamos imaginado no condice con la realidad de los hechos: eran más los temores que amenazaban en la mente que lo que realmente ocurrió.
Nunca es aconsejable utilizar el pasado para justificar los temores, dado que el presente y futuro puden ser totalmente diferentes en un sentido positivo, y ser concientes que esos miedos existen en el interior de nosotros, impidiendo experimentar nuestra libertad.
Nuestros comportamientos y la programación subconciente interactúan con el concepto que tenemos sobre nosotros mismos. Una imagen personal pobre, de baja autoestima, nos llevaría a pensar que no mereceríamos lo mejor; esto nos conduciría inconcientemente a sabotear la propia felicidad.
Cada uno de los pensamientos afecta la química en una fracción de segundo. La conexión que existe entre mente y cuerpo es muy estrecha, y, con frecuencia, cuando queremos evitar algo, el subconciente haría lo necesario para que se realice.
Los sentimientos y las emociones reprimidos afectan la salud, por esta razón, para permanecer saludables y plenos de energía debemos incrementar y alimentar las emociones positivas y expresar nuestros sentimientos. Una autoestima saludable nos permite respetar nuestros propios logros sin hacer alarde de ellos.
Nuestra vida cambia cuando nosotros cambiamos; si bien no es fácil siempre, para muchos, cambiar nuestros patrones de la vida, si nos esforzamos en hacerlo, podemos lograrlo.
El conocimiento y comprensión de los fenómenos psíquicos que se dan en el despertar inesperado de nuestra conciencia. Nos ahorran los terribles sufrimientos que acompañan a la negra noche de nuestro ego viejo agonizante. Y aceleran el aprendizaje de la nueva forma de ser de nuestro desconocido ego nuevo. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD
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